En la puerta, un árbol de roble germinó cuando el sueño de tener una casa grande, confortable y de varios pisos comenzaba a ser realidad. Los cimientos ya mostraban una torre de 27 pisos destinados a convertirse en el segundo hogar de cientos de visitantes que llegaban a la Arenosa en plan de negocios o de turismo atraídos por el progreso que mostraba esta esquina de Colombia donde se une el río con el mar.

En 1998 tomó el nombre de Barranquilla Plaza, un homenaje a la Puerta de Oro de Colombia, a su gente; una edificación con 176 habitaciones y un grupo humano que su principal meta es servir a sus huéspedes, a esos integrantes de esa gran familia, a los miles de visitantes que acompañan en sus alegrías, en sus momentos cruciales en su vida como bautizos, quinceañeros o bodas a ellos que son la razón de continuar creciendo.

Tantas historias de amor se han escrito desde uno de los puntos más cerca de las estrellas como lo es el piso 26.

Un sinnúmero de variedades tiene el hotel para sus clientes: pasadías en sus ambientes, en las piscinas, noches románticas o de negocios, además del hospedaje en sus dos torres.